domingo, 6 de marzo de 2016

Crónica de la 7ª jornada. Fase 2

Jornada 7 (Fase 2)
Delicias22Parque Alameda

Otro empate en un duro partido.
Llegó prácticamente en el último minuto, un gol para evitar una derrota que hubiera sido totalmente injusta porque, aunque no jugaron igual de bien que en el último partido, pelearon mucho y crearon ocasiones como para haber hecho algo más. Alguien dijo antes de empezar que parece que los chicos bajan el nivel cuando se enfrentan a equipos teóricamente inferiores (por lo menos, según la clasificación) y se crecen ante los mejores. Creo que con lo que sufren realmente es contra jugadores grandes y si, además, tienen disparo, más todavía. Y ese era, prácticamente, el único argumento en ataque de Delicias, un chaval grande, muy rápido y con buen chut. Pero también tenían buenos argumentos en defensa, ordenados y duros, en ocasiones, demasiado.
Empezó el partido con Isma en la portería, que hizo un gran partido, parándolo todo, anticipándose en los balones largos. Con él salieron Víctor, Mario Martín, Mario Yllera y Bruno. Estuvieron más desorganizados que en partidos anteriores y se notaba en la banda, donde Pepe se desgañitaba para tratar de ponerles en su sitio. Las jugadas se iban sucediendo de un lado al otro del campo, sin resultado hasta mediado el primer tiempo, en el que un pase de Víctor hacia dentro del área, donde estaba Marcos, sirvió para que éste metiera gol con un poco de fortuna tras un rebote. Nos poníamos por delante y había que aplicarse bien en defensa para tratar de mantener esa ventaja porque, esta vez sí, se notaba que marcar iba a ser difícil. De hecho, hubo pocas ocasiones de hacerlo y gracias a la actuación de Isma, nos fuimos al descanso por delante.
Pero empezó la segunda parte y dimos facilidades, las suficientes para que su jugador más destacado pusiera el empate en el marcador. Había que estar atentos para no dejarle disparar, molestarle lo suficiente para no darle ocasiones claras. No era fácil porque con tres zancadas suyas sacaba una ventaja suficiente para buscar el disparo. Pero ese empate fue más por dejadez nuestra que por acierto suyo. De cualquier forma, era un empate y podía pasar cualquier cosa. Faltó algo más de suerte, esa que ayudó en el primer gol y que faltó en dos ocasiones: una escapada de Víctor que chutó cruzado y dio al palo y otro bonito disparo de Yllera al ángulo de la portería.
Sin embargo la escapada que sí tuvo premio fue la de ese chaval alto; a cuatro minutos para el final, puso el 2 a 1 en el marcador que parecía definitivo. Pero Bruno, que llevaba todo el partido fajándose con una dura defensa, se empeñó en que no fuera así y en una última jugada consiguió driblar a varios jugadores, y se hubiera quedado sólo ante el portero si no fuera porque ese buen jugador contrario quiso demostrar que no sólo sabía darle bien al balón sino también a la pierna de Bruno. Una entrada muy fea y dura que el árbitro sancionó con tarjeta amarilla. Una falta directa que Bruno tiró con rabia, fuerte, y que puso el empate definitivo en el marcador.